Han pasado ya casi 6 meses, desde que los villaodonenses decidieron
con su voto quien fuera el que los representase; seis meses ya, representando a
los que confiaron en VOX Villa, un grupo de gente que, con mucha ilusión, nos
presentamos para que las cosas cambiaran. Pensando, que un gobierno mejor, es
posible.
Desde fuera, uno veía cierta descoordinación, dejadez, o falta de
ilusión del mismo equipo de gobierno, visualizado en las calles de nuestro
pueblo. También es verdad, que el aumento de las críticas al alcalde, tanto por
sus formas dictatoriales como por su falta de solucionar los más elementales
problemas de un pueblo, nos decidieron a dar el paso.
Pero, 6 meses después de participar activamente en el día a día
del ayuntamiento, de reuniones con diversos colectivos del pueblo, puedo
asegurar que las sensaciones previas se han quedado cortas, muy cortas. La
improvisación y ocurrencias continuas están al orden del día; No existe la más
mínima visión de pueblo a mediano o largo plazo; No existe algo tan elemental
como una planificación; No hay día que no salte a la palestra un nuevo problema,
generalmente, forjado por el propio alcalde y por su falta de diálogo, de
liderazgo, carisma o eficiencia en la gestión. Y para rematar, en lo más
elemental en política, que es cumplir un programa electoral, a sólo 6 meses de
pasar por las urnas, incumplen una a una sus promesas.
Es verdad, que aún estando intacta la ilusión por cambiar y
aportar desde el lugar que nos ha tocado trabajar, es duro toparse un día sí y
otro también, con una forma de gobernar más cercana a países como Venezuela o
Argentina. Pero aun así, no me resigno.
No me resigno, a que Villa pueda de una vez por todas, contar con
un gestor, con una persona que,
junto a un preparado equipo, tengan un plan a medio y largo plazo y que coloque
nuevamente a nuestro pueblo, en el lugar que se merece.
No me resigno, a que hijos o nietos de amigos de toda la vida de
Villaviciosa tengan que migrar a pueblos vecinos como Sevilla la Nueva, Brunete
o hasta Boadilla, por la falta de una oferta de vivienda seria y ajustada a la
juventud. A que en los últimos 8 años, el Alcalde de nuestro pueblo, sólo haya
entregado 35 viviendas de protección oficial, no hay derecho.
No me resigno, a que después de 15 años desde su nacimiento, el
proyecto del Monte de la Villa no salga adelante. A que no seamos capaces de
aprovechar el nuevo impulso que urbanísticamente se está generando y volvamos a
perder el tren. Un proyecto, que nos permitiría retener a jóvenes e impulsar el
comercio en nuestro querido pueblo. No hay derecho.
No me resigno, a que después de más de 12 años de promesas
diversas hacia el comercio de Villa, sigan mirando para otro lado, mientras que
el pequeño comercio se va apagando lentamente. Simples soluciones, respecto a
un consensuado plan de movilidad y una solución definitiva al aparcamiento,
resolverían estos problemas. A la falta total de valor y respeto hacia gran
parte de nuestros vecinos, no hay derecho.
No me resigno, a que el pueblo no sea capaz de explotar al máximo
todas sus riquezas naturales, sus cañadas reales, sus vías pecuarias, fomentar una
mayor integración con Parque Regional del Guadarrama, poder visitar el Forestal
sin que ello implique riesgos al cruzar algún puente, el poder acceder a los
jardines de Godoy y una larga lista de
tesoros medioambientales con los que contamos.
No me resigno, a que después de 3 exploraciones arqueológicas (la
primera en 1980) no seamos capaces de sacar a la luz un tesoro histórico como lo
es Calatalifa. A poder decirle al mundo, que en nuestro pueblo tenemos una
importante parte de la historia de España (Siglo X – Abderramán III). A no
poder tener un museo, que podría ser envidia de grandes museos europeos y a atraer
así un turismo cultural. No hay derecho.
